“Todos corremos el peligro de restringir lo que fluye por
si sólo (Tao) a lo que podemos hacer nosotros.”
El Universo es flujo.
El flujo soy yo.
Cuando armonizo con ese
flujo me vuelvo espontáneo (tzu-jan).
Si todo lo que hago va
fácil y sin esfuerzo (wu-wei), todo va bien.
Caso contrario, debo
averiguar donde se bloquea el flujo.
Llama poderosamente la atención que yo PUEDA RESPIRAR con mis pulmones, o bien, estos PUEDEN SER RESPIRADOS. Es decir, mi acto de respirar puede ser
voluntario e involuntario, dirigido por mi mente o sin intervención mía.
En el ámbito de la armonía con nuestro exterior, es
decir, de la intención ENTRE LO QUE QUEREMOS, o por otro lado, DE CEDER A LA PRESIÓN EXTERNA , se nos presenta una
dicotomía alarmante. Comoquiera que el mundo va a su velocidad y el proverbial
hombre común parece ser que a otra, eso hace que chirríen los engranajes de tal
falsa comunión.
Ni que decir tiene que, por un lado están las COSAS QUE NOS SUCEDEN DE MANERA NATURAL, y en un ámbito próximo
pero distinto, LAS QUE NOSOTROS PORFIAMOS
CON NUESTRO ESFUERZO
bajo la tiranía del ego en perfección.
Partiendo de la base de que cualquier estudiante de
Tai-chi-chuan que se precie, intentará armonizar todos sus actos voluntarios
con la tan embarazosa como común desarmonía exterior.
Pero a mí se me presenta un
problema para patentizar esa tormentosa búsqueda del Ser a través del Tai-chi-chuan.
¿Cómo puedo explicarle en
teoría una experiencia?
A esta condición incómoda, se ha venido a añadir
otra no menos insuperable.
¿Cómo puedo explicar algo
que rebasa toda capacidad de explicación?
Lo hago
ostensible porque las palabras no abarcan, ni por asomo, a describir una
pequeña parte de cada experiencia, pero en ausencia de una forma más satisfactoria
de superar dichos inconvenientes, los problemas se acaban si usted hace como
bebe una gallina, levantando de vez en cuando la cabeza para tragar. Y en el
caso de una persona, cerrando los ojos de vez en cuando para tratar de
visualizar, y así asumir las experiencias místicas, más allá del reino de la
conciencia ordinaria.
En el terreno de las experiencias de conciencia
alterada, tres son las vivencias que nos presenta el Tai-chi-chuan para liberarnos
del dualismo en aras de lograr TRANSFORMAR EL SENTIMIENTO
DE CONFLICTO CON EL MUNDO QUE NOS RODEA, EN BUEN SENTIMIENTO DE ARMONÍA:
1º-LA
REALIDAD ES UNIDAD.
Todas las experiencias son una misma realidad presente como graduaciones de una
misma cosa (yin-yang). Las cosas contrarias son la misma cosa pero en
graduaciones antagónicas límite. De este modo, todo se vuelve evasivo para la
mente, incluido lo externo a nosotros en relación a lo interno.
2º-LA
REALIDAD ES NADA.
Otra forma de romper el dualismo es interpretar que todo es “incalificable”
(wu-chi) no digo inexistente sino inatrapable por una mente cartesiana. Y de
que por tanto, ninguna experiencia que podamos tener es la realidad.
3º-EL NO CABE
BUSCAR. Es decir, que no es necesario definirse en, si
la experiencia es TODO o la experiencia es NADA. Simplemente hay tener y dejar la
experiencia (Chan) como es. No hacer nada, simplemente tener la experiencia.
4º-LO QUE SE
BUSCA ES LO BUSCADO.
Si estas buscando la armonía pregúntate quien esta buscando esa armonía. Preguntar
eso es como armonizar con el ser que está tratando de armonizarse a sí mismo.
La raíz del problema está en que el problema surge porque lo buscamos fuera del
problema. Hay que buscarlo en el vacío que somos, no en la mente que se
identifica con un ego.
Paradójicamente se encuentra la libertad en no tener
que estar sometidos a la tiranía del hacer las cosas por nosotros mismos. Así
es como, cuando observamos a hurtadillas a un niño bailar espontáneamente
siempre lo hace bien. Ahora bien cuando lo observamos a las claras y el lo nota,
ciertos bloqueos por pensar lo que hace, y quizá por querer hacerlo mejor,
dañan el flujo natural de movimiento.
En
tal sentido, dicen los clásicos : “aprender y olvidar”.
Para liberarse hay que olvidar los esquemas de
movimiento aprendidos.
Habida cuenta de que moverse en una forma aprendida
contiene algún peligro.
El peligro es que el movimiento puede convertirse
en algo mecánico y recurrente.
Bien sentados estas bases, me encuentro ahora en la
obligación y el reto de mostrarle como HACER DEL MOVIMIETO DE TAI-CHI-CHUAN UNA EXPERIENCIA MÍSTICA DE LIBERACION.
Toda experiencia mística, debe partir de que lo
aprendido se debería entender como una escalera de la que se hay que deshacer
una vez que se haya subido por ella, y sus contenidos deben derretirse como los
copos de nieve se derriten al tocar la superficie hirviendo de agua.
Un buen consejo antes de comenzar es que a partir
de ahora, y de vez en cuando, apártese de este escrito y experimente lo que voy
a decir...
antes de moverse, respire
desde la profundidad.
La energía que estaba en la
cabeza, escúrrala hacia abajo… sienta.
Y ahora conviene SER CONSCIENTE y preguntarse ¿estoy
pensando lo que hago o lo estoy sintiendo? Es decir, ¿me encuentro en la cabeza
o me deslicé al cuerpo, a su centro?
La sensación suprema que
llamamos Tai-chi debe estar centrada en el punto medio del yo (Dan-tien). Así
las cosas, sucederá que lo que ocurre fuera de nosotros se armonizará como
parte de nuestra esfera de influencia personal, con un buen sentimiento de
comunión.
“solo se vive bien con el corazón”
Mover un brazo o una pierna al estilo Tai-chi-chuan
resulta muy misterioso, en parte porque no debemos permitir que el pensamiento
perturbe el proceso de moverse.
Al realizar el movimiento,
si no queremos que haya interrupción en el flujo, no debemos nunca pensar “que
va ahora”, “a que dirección”. De este modo actos íntimos y libres consiguen
salir por la ventana del correccional.
El movimiento fluye con un
matiz de involuntariedad, y esa labor
libre impensada, se puede conseguir encontrando algo en esa dirección que nos
haga sentirnos atraídos a movernos, o en su defecto, alguna visualización
procedente que haga fluir el movimiento espontáneo, sin forzar el deseo de
moverse, como suele ser la de un adversario imaginario, si así se quiere.
En tal sentido, “la libertad consiste en liberarme
del yugo de forzar las cosas”
En esa línea, el
cuerpo se mueve involuntariamente en respuesta a sutiles impulsos de energía,
mentalmente quieto y sin comandar ordenes.
En
ese estado, otros fenómenos deseables ocurren como el del eterno presente. El es
como la “NADA” o un espacio vacío.
Así
parecen como los remolinos de viento, que
surgen del vacío. Vacío que soy yo en el fondo.
Tienen forma de danza y se disuelven.
Después,
sólo queda el espacio. El silencio
interior.
Un estado alerta sin contenido.
Las
personas, en el fondo, somos ese
espacio vacío y libre para llenarlo de todas las formas”.
Permita que el cuerpo realice las técnicas, pero no
las haga.
No realice esfuerzo, porque si lo hace,
el cuerpo
será sólido y la vibración del movimiento no le penetrará.
“Es el momento de fluir como el líquido
elemento”
Al moverse sienta que sacude la solidez, y poco a
poco,
en un proceso de depuración alquímica, de
licuación, se transforma en líquido.
Entonces el
movimiento ya no será mecánico,
sino que fluirá con cierta fruición
Como
dijo Bruce Lee: Be water my friend…Si… ¿pero como trasformarse en un fluido?
Para
responder hemos de aludir al “efecto performativo”, el cual se puede explicar
añadiendo que “uno se hace de acuerdo a lo que hace”. Es decir, no sólo actuamos de acuerdo a cómo somos y lo que
hacemos. También nos trasformamos de acuerdo a como actuamos. Visualizando lo
que desea ser.
Solo
entonces ocurrirá el fenómeno que los maestros chinos llaman “Wu-wei” o hacer sin hacer…“desaparece la división entre la forma y
la persona”.
Pero,
para ello necesitará liberarse del indeseable ego que nos separa del mundo. Sabido
es que, el ego vive entre fantasmas del pasado reciente o del futuro inmediato
que entenebrecen la presencia-presente.
“El ego es nuestra identidad impostora”
Pues ocurre sin más. La persona se pierde en la
actividad que está haciendo hasta desaparecer él mismo como ego.
ASI LAS COSAS, LA PERSONA DESPARECE ,
SOLO QUEDA LA FORMA
Los
viejos Maestros también solían decir “una
técnica una vida”. Queriendo expresar que con cada postura se destruye más
el ego. Téngase presente en paralelo que, sin el ego sobreviene el desapego, la
serenidad, la entrega. Destruyendo el ego cada vez más, con cada técnica y
aportando vida auténtica. La técnica es entonces sin deseos.
Pero
si no pudiera evitar tener deseos, que sean estos:
“derretirte y ser como la brisa de la mañana que canta su melodía por un día mas”.
Concluyendo,
primero debe ser consciente,
después involucrarse mas hasta que se funda.
que viene a dejarnos claro, que en el instante supremo
donde el tiempo no existe, cuando el “corazón”
está vacío de ego y se pasa del instante muerto al instante vivo, ya no hacemos
sombra al sol y nos volvemos comparables a las nubes blancas errando por un cielo de verano.
Y por el contrario sabe, que por controlar en
exceso,
por pensar en el futuro o el pasado
no se disfruta del presente;
por lo que si así fuera,
no se vive ni presente ni futuro.
Se vive como si no se fuese a morir,
y se muere
como si no se
hubiese vivido.
Artículo Original de FELIX BARGADOS
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reservados.
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